Con estos tips podrás viajar al extranjero, evitando cualquier clase de problemas:

Haz un listado: lo primero, y más importante, es armar una lista con todo aquello que necesitas (ropa, documentación, medicamentos, etc.), de esa forma evitarás tener que lamentarte cuando llegues al destino elegido (“¡No. Dejé mis lentes favoritos arriba de la cama anoche!”, “La novela que estaba leyendo quedó en mi mesita de luz y no me enterare de que le sucedió al protagonista hasta volver a casa dentro de quince días” o “Mi crema solar favorita quedó en el baño y ahora tendré que gastar dinero comprándome una nueva sin ninguna necesidad”).
Evita TODO lo innecesario: recuerda que viajas por placer y no estás obligado, como el caracol, a llevar tu casa a cuestas. Por eso:
  • No cargues con pesadas guías de turismo: puedes obtener toda la información que necesitas (y más) usando tu celular.
  • Enrolla la ropa en vez de doblarla: eso redundara en más espacio y menos problemas a la hora de cerrar las valijas, una tarea que puede ser tan enojosa como compleja.

Consulta en tu banco la cantidad de dinero que puedes retirar al viajar al extranjero: de esta forma evitarás desagradables sorpresas que pueden arruinar tu viaje (“¡me quedé sin un centavo en Paris/Londres/Nueva York y no conozco a nadie a quien pedirle!”).

Confirma que tienes toda la documentación requerida: determinados países exigen, además del pasaporte y el documento, visados especiales. No pierdas tiempo y, antes de comenzar tu viaje, consulta con los especialistas en el tema. Normalmente se extienden permisos especiales de residencia en tres categorías:

  • Turista.
  • Trabajador.
  • Estudiante.
No dudes en consultar a los expertos: aprovecha la experiencia de las personas residentes en el lugar que elegiste como destino y pregúntale a los empleados del hotel o el personal que atiende tu restaurante favorito que sitios te conviene visitar: muchas veces los lugares más interesantes no son, necesariamente, aquellos que promociona el gobierno.
Intenta llevar poco dinero en los bolsillos: cada vez resulta menos conveniente llevar grandes cantidades de efectivo encima; lo mejor, para proteger tu seguridad y la de aquellas personas que te acompañan, es cargar con montos limitados, pensados para cubrir necesidades específicas: un viaje en taxi, una comida en la playa, una visita al cine, etc. Hoy, con las tarjetas de crédito y débito se pueden realizar, prácticamente, todas las operaciones cotidianas sin problemas.

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