Aplicando estos simples tips lograrás encontrar rápida y fácilmente el producto más adecuado a tu tipo de piel, presupuesto y gustos personales/profesionales:
Investiga: la cantidad de fragancias existentes en el mercado es muy grande (y aumenta constantemente), por ese motivo, en vez de elegir lo tradicional, pregúntale a tus amigas, familiares y compañeras de trabajo que marcas escogen; además puedes buscar información adicional en Internet y redes sociales como Instagram, Twitter y Facebook. ¡Seguramente descubrirás marcas de las que nunca antes habías oído hablar!
Pregúntale a los especialistas: las personas que trabajan en el área de productos de belleza, especialmente los dependientes de grandes tiendas, shoppings y centros comerciales son excelentes a la hora de recomendar que perfume se adapta mejor a tu estilo personal siempre, por supuesto, dentro de tus gustos y posibilidades económicas J.
Ten en cuenta para que lo usaras: ¿trabajo? ¿Salidas? ¿Encuentros familiares? ¿Citas románticas? Cada ocasión es diferente y requiere un aroma distinto; considera que, por ejemplo, para el día es mejor una fragancia suave que no sea agresiva con los sentidos mientras que para la noche se recomienda una mucho más fuerte.
Evalúa su intensidad y duración: La clásica agua de Colonia presenta, siempre, una fragancia leve, cuya duración en la piel es muy corta; el “eau de toilette” (agua de baño) tienen un efecto intermedio y los “eau de parfum” son, indudablemente, los más potentes y duraderos.
Cuando vayas a comprar un buen perfume, siempre ten en cuenta que:
- La mejor hora para elegir perfume es la mañana porque en ese momento el olfato es mucho más sensible. No te conviene usar fragancias al acudir a la tienda para poder recibir correctamente el estilo de los distintos perfumes que pruebes.
- Es mejor probar el perfume a una buena distancia, vaporizándolo en el aire para poder percibir mejor todos matices.
- Si realizas la prueba del perfume en tu piel, el sitio perfecto son las muñecas pero no las frotes entre sí porque ese movimiento arruina su composición química.
Finalmente, nunca debes comprar un buen perfume porque te gusta cómo le quedó a otra persona. El efecto de cada fragancia cambia de acuerdo a la química presente en el cuerpo de quien se lo aplica. Eso hace que determinados aromas sean ideales para una piel pero en otra no tengan el efecto deseado e, incluso, puedan volverse muy desagradables. Ahora sí, ¡sal a comprar un buen perfume!
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